The Black Eyed Peas conciertazo en Madrid



El grupo californiano The Black Eyed Peas convirtió el Vicente Calderón en una macro discoteca con la ayuda previa del DJ de moda, el francés David Guetta, telonero de excepción que cumplió sobradamente el cometido de preparar a los cerca de 50.000 espectadores que llenaron el estadio.
El concierto de Madrid ha sido el único dado en España por Fergie, Will.i.am, Taboo y Apl.de.ap., y suponía el cierre de su gira. Tal vez por eso, hubo demasiados momentos de voces desafinadas y excesivamente agudas, como le sucedió a la vocalista femenina. Sin embargo, el público lo perdonó.
Las ganas de pasarlo bien de los asistentes, junto a la espectacular puesta en escena del grupo, suplieron esos inconvenientes. Incluso los vídeos intercalados, uno de ellos con “One love” de Bob Marley, recurso utilizado para dejar tiempo de descanso y de cambio de vestuario a los vocalistas, despertaron los mismos aplausos.
Su espectacular vestuario futurista y el de su cuerpo de baile, el uso de plataformas móviles para salir del suelo del escenario o elevarse sobre él, la pantalla de vídeo gigante, el cubículo de luces y pantallas en el que estaban situados los músicos, son parte de un concierto que ratifican que BEP no son sólo canciones. Quedarían cojos sin ese valor añadido.
Por eso, mientras repasaron sus grandes éxitos de The End (“Imma be” o “Meet Me Halfway“) con temas de su último trabajo The Begining (“Love you long time“,“The best one yet”, “Just can’t get enough”, “Don’t stop the party”), o singles como “Shut up”, los salpicaron con golpes de efecto que mantuvieron el ritmo durante cerca de las dos horas de espectáculo.
Uno de los momentos de la noche lo protagonizó Will.i.am quien demostró su habilidad para llenar un escenario rapeando cerca de cinco minutos seguidos sin necesidad de compañía.
Taboo hizo de su cumpleaños el motivo de sus intervenciones con el público y consiguió que le cantaran el “Cumpleaños feliz” de forma espontánea antes de que sus compañeros lo corearan en inglés.
Fergie mejoró en su afinación con “Big girls don’t cry”, tema con el que pareció sentirse más a gusto al crear en solitario un momento más íntimo y romántico.
La vocalista dio paso a la segunda sesión DJ de la noche de la mano de Will.i.am, con casco incluido cubriéndole toda la cara, y su espectacular mesa con la que se elevó por las alturas del estadio mientras pinchaba fragmentos de Michael JacksonNirvana o The Rolling Stone.
Con “Where’s the love”, el grupo al completo, después de sus intervenciones en escena por separado, quiso que el público participara de la escenografía dibujando un corazón con sus manos y encendiendo sus móviles, para convertir el entorno en una estampa estrellada que acompañara a la luna llena que lucía en Madrid, destacada por Fergie.
Llegaron para poner el broche “Boom boom pow”, “The time” y “I gotta a feeling”. Con esta última, erigida en el mayor éxito de los norteamericanos, The Black Eyed Peas dijeron adiós al público español. A un muy buen público que probó sobradamente su fidelidad y la resistente estructura del estadio atlético.

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